LA REBELION DE LAS VICTIMAS
Por Eduardo Martín Romero
El 10 de enero de 2013 con
el título “cada vez más violencia” publiqué una columna referida a la violencia
en nuestra sociedad.-
Hoy a más de un año la
violencia se ha instalado con mayor fuerza y además con la argumentación de que
la misma es una respuesta de las víctimas, todo lo cual no deja de ser un
ingrediente nuevo para magnificar el tiempo de violencia que transita nuestra
sociedad.-
Recientemente hemos visto
en los medios nacionales que las víctimas de la inseguridad se han defendido de
distintos hechos de inseguridad pero con un grado de violencia inusitado, esto
ha ocurrido en nueve casos en un lapso de solo ocho días.-
En realidad ante un robo o
cualquier otro tipo de delitos nadie puede negar a las víctimas que accionen
para detener al supuesto delincuente pero es indudable que quienes logren este
cometido deben poner de inmediato a disposición de las fuerzas de seguridad al
pretendido delincuente, nunca y por ninguna causa, resulta aceptable hacer
justicia por mano propia ya sea propinando golpizas u otros castigos y menos
aun quitarle la vida al presunto delincuente.-
La palabra linchamiento
deviene del vocablo inglés “lynching” según algunos derivado del apellido del
Juez irlandés James Lynch que en el siglo XV condeno a su hijo a la horca por
asesinato, otros señalan que deviene del apellido del Juez norteamericano
Charles Lynch quien en el siglo XVIII ordeno la ejecución de bandas sin derecho
a juicio previo; por ello la palabra indica la condena y ejecución sin proceso
legal, por ello resulta ilegal y desarticula el orden social.-
Los casos más patéticos de
estos últimos días son: el de Rosario donde un arrebatador fue aprehendido por
vecinos y murió a raíz de la golpiza que le propinaron los mismos vecinos
atacándolo a patadas cuando estaba en el suelo e indefenso y el otro de Palermo
en la ciudad de Buenos Aires donde un grupo de vecinos golpeo a un ladrón y
pretendían darle muerte lo que fue impedido por un portero que lo entrego a la
policía, estas actitudes también existieron en distintas provincia de nuestro
país.-
Para comprender la
gravedad de estas acciones cabe señalar que en la ciudad de Rosario producido
un arrebato por unos motochorros los vecinos, en automóvil, salieron en búsqueda
de los mismo y encontraron dos personas en moto (que no eran los ladrones sino
dos personas que iban a trabajar) chocaron la moto para detenerlos, como no
lograron su cometido los persiguieron tres cuadras mas hasta detenerlos y
propinarles una brutal golpiza resultando no ser los ladrones además de las
lesiones, los trabajadores, no lograron recuperar su moto.-
Reconozco la angustia,
bronca y desazón que ocasiona ver tanta impunidad, que los ladrones salgan en
minutos recuperando su libertad, o que por cuestiones técnicas obtenga su
libertad quienes tienen en su contra abrumadoras pruebas, que las victimas
deban soportar el rigor de la ley y que los delincuentes cuenten con el
beneficio de la duda, que en estos tiempos de inseguridad se pretenda un código
penal más favorable para los que delinquen; sin embargo ello no justifica la
justicia por mano propia.-
En el año 1760 Antes de
Cristo, hace ya cerca de 4000 años atras, Hammurabi en Babilonia -una de las
civilizaciones más antiguas- creó un código que establecía una pena para cada
delito y puso en manos del Estado la represión al delito; antes de este Código
la pena siempre era la muerte y la aplicación de las mismas estaban en manos de
los sacerdotes; desde entonces la pena guarda relación con el delito cometido y
es solo el estado quien puede imponer la pena.-
La justicia por mano
propia y sin juicio previo es volver más atrás de la más antigua de las
civilizaciones; pero no es solo esto sino que permite que lo que en principio
parece espontaneo, tomar la justicia por mano propia, con el tiempo aparezcan
grupos que se organizan de manera parapolicial y comienzan verdaderas cacerías
en búsqueda de acabar con la inseguridad generando aun mas inseguridad o
propiciando la persecución política, religiosa, racista etc.-
Nunca es aceptable la
justicia por mano propia pero uno imagina que en casos necesarios para defender
la vida o en casos de violación sexual puede llegar a entenderx algunos excesos
pero en la mayoría de los casos que ocurrieron recientemente son robos
materiales y arrebatos que no truncan vida alguna, sin embargo la dureza de la
pretendida justicia –llegando incluso a la muerte del ladrón previa
persecución- en estos supuestos es sin dudas una arbitraria exageración de la
violencia.-
Es muy cierto que la única
forma de terminar con estas situaciones es que el Estado cumpla con su rol de
ser la institución monopólica en la condena por delitos y de establecer el
monto de las condenas y ante ello por medio del Poder Ejecutivo garantice la prevención
del delito mediante las fuerzas de seguridad y que por medio del Poder
Legislativo establezca penas ejemplificadoras que sirva para evitar que se
tienda a caer en actos delictivos por la ventaja de penas leves y que por medio
del Poder Judicial garantice la aplicación de la ley de manera rigurosa para
impedir que la impunidad aliente a cometer delitos.-
También se deberá
garantizar que el peso de ley caerá de manera inexorable con independencia de
la condición social del delincuente y que con su castigo también comprenderá
los estamentos de gobierno; mientras esto no se materialice nuestro país estará
dividido entre violentos que delinquen y violentos que se creen la ley, que no
es ni más ni menos que la ley de la selva.-
1 comentario:
Me gustó mucho. Creo como vos que vamos por mal camino y que, lejos de retomar la buena senda, seguiremos por este camino equivocado, profundizando el error. Mucho se debe, a que hemos reemplazado los valores de la cultura judeo-cristiana por los valores de la sociedad de consumo, donde los bienes materiales han ocupado sus lugares.
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