SEGUIR DE FIESTA O NO, ESA
ES LA CUESTION
Por Eduardo Martín Romero
A los argentinos nos gusta
vivir de fiesta, es una cuestión que forma parte de nuestra idiosincrasia, nos
gusta juntarnos pero no es posible suponer juntarse sin comer y beber, nos gusta
consumir y sobre todo bienes innecesarios, nos deprimimos trabajando y en los
ratos de ocio buscamos exageradamente la alegría y el exceso.-
Quizás por estas razones
cuando llegan las elecciones buscamos el triunfo de aquellos candidatos que nos
proponen soluciones mágicas sin mucho sacrificio y con soluciones inmediatas,
por ello desechamos aquellos que proponen sacrificios durante algún tiempo y
metas a largo plazo.-
Pero además los argentinos
queremos fiesta pero no nos gusta pagarla y después de cada fiesta se desata
una pelea por cual es el sector que debe hacer el sacrificio para pagarla; esta
pelea rompe platos que siempre recogen y pagan los que menos tienen.-
Repasemos; cuando estalló
el plan de convertibilidad que culminó con la fiesta iniciada en el gobierno de
Menem las empresas internacionales radicadas en el país se fueron, la banca
internacional hizo lo mismo, el sector financiero se apodero de los depósitos
de la gente, la primera solución vino de la mano de una fuerte devaluación que
sumada a la inflación nos dejo inmersos en una estanflación; pero cuando el
peso valía un dólar consumíamos productos nacionales e importados y aceptábamos
la venta de las empresas del estado y privatizábamos a mansalva pero como
vivíamos una fiesta del consumo votamos la reelección de Menem a todos nos
gustaba creernos opulentos.-
A partir del 2001 los
sectores más pobres y los asalariados sufrieron e hicieron –sin quererlo- el
esfuerzo para la recuperación con pérdida de ingresos.-
Habiendo dejado de pagar
la deuda externa por falta de reservas y a partir de una fuerte devaluación
nuestro país comenzó a crecer fuertemente gracias a los precios internacionales
de nuestras exportaciones.-
Mantuvimos un dólar bajo
que con el tiempo no permitió márgenes para exportar por lo cual se alentó el
mercado interno inundando nuestro país de pesos para alentar fuertemente el
consumo y comenzó una nueva fiesta viajes al exterior, compra de artículos
importados, llegaron a nuestro país primeras marcas internacionales, espectáculos
con figuras internacionales, éramos del primer mundo.-
La empresas extranjeras en
lugar de invertir en el país habida cuenta de un dólar barato giraban todas sus
utilidades al exterior y la compra de argentinos en el exterior, como los
viajes al mismo, eran una fuga de dólares de significación que comenzó a mermar
reservas, sumado a ello el festival de subsidios tanto para mantener tarifas
como para mantener ingresos y la compra de energía en el exterior motivo el
denominado “cepo cambiario” anticipando nuevamente el final de una fiesta.-
Desde principio de año el
gobierno decidió –aun cuando lo niega- enfriar la economía para disminuir la
inflación antes de ello establece una devaluación del 30% y para atacar la
inflación y preservar la compra de dólares aumenta la tasa de interés.-
Todo ello significo
algunos meses con inflación en baja y un dólar quieto la gente prefirió plazos
fijos con altas tasas a dólares caros, pero también estas medidas trajeron
problemas porque cayo el consumo se vendieron menos automotores cayo la
actividad de la mayor empleadora de mano de obra; ante la imposibilidad de
reenviar dólares al exterior desapareció la inversión extranjera –fuente de
ingresos de divisas- y algunas empresas cesaron en su actividad en nuestro país
ello levanta temores en la capacidad de mantener empleo y las personas ante la
inseguridad retraen el consumo.-
Se amenazo con limitar los
subsidios a tarifas lo que encarece las mismas y disminuye consumo.-
Todo esto ha indicado baja
en los índices de inflación y mantenimiento en el valor del dólar pero tiene un
problema, limitar el consumo cuando venimos de un programa que planteaba el
consumo interno como factor de crecimiento es directamente dejar de crecer o lo
que es más aun observar números negativos en la caída del crecimiento.-
El gobierno de Cristina
logro una reelección con el 54,11% de los votos estábamos en plena fiesta pero
a partir del “cepo cambiario” y de la perdida de salarios por la marcha
inflacionaria se comenzó a leer que la fiesta había finalizado y poco a poco se
fue retirando caudal electoral y comenzaron a surgir nuevos opositores incluso
dentro del mismo gobierno.-
Esto demuestra una vez más
que mas allá de las críticas políticas y económicas de algunos sectores
mientras la fiesta continua los gobernantes se ven favorecido con el voto pero
cuando se observa que la fiesta está llegando a su final se comienzan a perder
votos y dirigentes lo cual reafirma que nos gustan las fiestas y mirar en el
plazo muy corto para decidir nuestro voto.-
Nunca ningún candidato que
proponga ajustes y reducciones de beneficios para construir un futuro más
grande para nuestro país logró ni logrará el acompañamiento popular.-
Hoy el gobierno nacional
está en la duda: continua con la reducción del gasto aun cuando caiga el
consumo, o sigue sosteniendo el consumo con algunas asistencias económicas; por
la primera opción esta Fábrega titular del Banco Central y por la opción ultima
esta Kicillof el Ministro de Economía el gobierno no se decide terminar o no la
fiesta y esta es la cuestión.-