VIENTOS DE REFORMAS
Por Eduardo Martín Romero
Siempre
que un proyecto de gobierno, sea nacional y popular o liberal o de derecha
fracasa, los que pagan los daños de la ineficacia del proyecto o plan son los
que menos tienen con independencia si el proyecto busca beneficiarlos o no.-
Sabemos
que los proyectos de izquierda que fracasaron dejaron a sus países en
condiciones económicas que exigían ajustes y los mismos son efectuados en los
sectores que menos tienen; la experiencia ha demostrado que el fracaso de
proyectos populistas también exigen ajustes que soportan los sectores populares
justificándose los mismos en que se había distribuido lo que no se tenía; y la
última crisis financiera del mundo capitalista originada por el sistema
financiero en base a las conocidas hipotecas está exigiendo de países europeos
ajustes que no soportan el sector financiero –a pesar de ser el origen de la
crisis- sino que lo deben soportar los asalariados, jubilados, estatales es
decir nuevamente quienes menos tienen y que además no dieron origen a la
crisis.-
Es
por ello que la responsabilidad de los gobiernos que se manifiestan como precursores
de un gobierno nacional y popular deben tener muy en cuenta la viabilidad del
proyecto y deben estar muy alertas y escuchar las evaluaciones del mismo y
dispuesto a efectuar en forma rápida los ajustes que fueran menester ya que de
lo contrario estarían perjudicando a los que menos tienen al exponerlos a un
fracaso del plan o proyecto.-
Tanto
el gobierno de Néstor Kirchner como el de Cristina Fernández se manifestaron
como mentores de un proyecto nacional y popular e interpretaron que todas las
críticas y los pedidos de algunos cambios eran efectuados por quienes querían
boicotear el proyecto cuando en realidad muchos querían que mediante algunos
ajustes se pueda proyectar con éxito el mismo.-
Esto
llevo a los gobiernos Kirchnerista a negar los inconvenientes que generaba un
dólar retrasado, una tasa inflacionaria irreal, subsidios que el estado no
podía mantener solo para contener las tarifas de luz, gas y transporte, evitar
la caída de reservas, combatir el déficit energético, entre otros.-
Hoy
con la aparición de nuevas caras en el gabinete como el caso de Capitanich, en
la jefatura de gabinete, y con un mayor poder a Kicillof en la cartera de
economía se anuncian medidas como dejar de subsidiar vía dólar barato los
viajes al exterior y las compras de autos importados de alta gama, se anuncia
un índice de precios más creíble, se habla de recortes a los subsidios, se
habla de un acuerdo de precios y sin dudas también hablara con los sindicatos
amigos para lograr detener el reclamo en las próximas paritarias.-
Sin
dudas el anuncio de esta medidas es la demostración que las criticas que
existían y que exigían cambios en el valor del dólar, los subsidios y los
precios no eran golpistas en su totalidad sino que algunos buscaban hacer los
ajuste que requería precisamente el éxito del proyecto.-
Hoy
se acepta hablar de estas modificaciones demostrando la necesidad de las mismas;
la pregunta es si no se demoro demasiado y si los parches suaves al proyecto
son posibles o si solo demoraran la manifestación del fracaso.-
Las
reservas disminuyen a ritmos preocupantes ¿es posible detener la fuga de las
mismas solo con diferenciar el dólar para la compra de automóviles importados y
los viajes al exterior? o se deberá devaluar como algunos sostienen y que el
gobierno por hoy niega como posibilidad.-
Si
la idea de Capitanich es alentar el gasto público mediante obras publicas
vinculadas al desarrollo energético ¿bastara con reducir una pequeña porción de
los subsidios a la luz, el gas y los transportes? entendiendo sin dudas que la
abolición total de los subsidios es impensado para todos, habida cuenta de la
incidencia en los bolsillos de los habitantes.- Recordemos que la Presidente
intento el quite paulatino de los subsidios y debieron dar marcha atrás en los
mismos.-
Sin
dudas comenzar a corregir las distorsiones de los precios relativos
fundamentalmente del dólar y las tarifas resulta ser el gran desafío de estos
tiempos; pero el mayor desafío es que la recuperación del valor del dólar y el
sinceramiento de las tarifas de servicios público no genere una aceleración de
la inflación que nos haga caer en una profunda crisis como en otras épocas.-
La
pregunta del millón es si todavía estamos a tiempo de hacer correcciones que
tengan por objeto, no meras demoras dilatorias, sino medidas que lleven al
proyecto a un éxito.-
El
temor es que hayamos perdido tanto tiempo, que hoy con las reservas muy
disminuidas seamos demasiado vulnerables y que las rectificaciones lleven al
fracaso del proyecto.-
Recuerdo
que los líderes son responsables de generar proyectos que beneficien a los
sectores para los que manifiestan gobernar; pero deben monitorear
permanentemente los mismos y estar atentos a los cambios necesarios para que la
desatención no lleve precisamente al proyecto al fracaso.-
Es
de esperar que las modificaciones (las cuales causaran problemas sectoriales)
sirvan para superar los problemas hoy ya reconocidos por el gobierno de lo
contrario volveremos a padecer una crisis más que pagaremos los que menos
tenemos.-