ESPERANDO LA INVERSIÓN
Por Eduardo Martín Romero
Las más manifiestas
dificultades del gobierno de Macri son: la lucha con una inflación que no cede,
quizás en parte por la necesidad del gobierno de disminuir el gasto fiscal con
aumento de tarifas en los servicios pero también en los combustibles y peajes; y
la otra dificultad es la falta de inversores extranjeros que ingresen capitales
destinados a las obras de infraestructuras, quizás también fruto de una
política monetaria encarada por el gobierno que alienta la inversión
especulativa y financiera antes que a la productiva.-
Pero existe una dificultad
en la posibilidad de encarar obra pública como instrumento dinamizador del
mercado laboral y de consumo y que además puede concretar las obras de
infraestructura que nos permitan superar los conflictos que el país tiene en la
logística como autopistas y puertos para mejorar la rentabilidad y en la
explotación de recursos naturales como el gas y petróleo o en la concreción de
productoras de energía eléctrica entre otras obras.-
Es importante la
concreción de estas obras públicas porque brinda instrumentos para mejorar la
producción y además genera empleo y por ende consumo que es lo que en el país
está en crisis.-
Este lanzamiento esta
demorado por el Estado Nacional porque los proyectos arrancarían comprometiendo
una inversión de 2.160 millones de dólares a los que se añadirían 6.900
millones de dólares durante el año 2019, recordemos que es año electoral, pero
en total el Gobierno hace referencia a 60 proyectos que representan 26.000
millones de dólares para los próximos cinco años.-
Ocurre que el fuerte
endeudamiento del Estado Nacional para financiar el déficit fiscal sin emitir,
hace que el Estado este imposibilitado de recurrir a la banca internacional
para el financiamiento de estas obras; por ello el 16 de Noviembre de 2016 se
sanciono la ley permitió la participación pública-privada (sistema que
denominan PPP) para que empresas privada consigan la financiación en organismos
financieros nacionales o internacionales para realizar obras de infraestructura
de gran porte en sociedad con el Estado.-
Así la empresa consigue la
financiación y construye la obra y el Estado la repaga a 15 años; resulta claro
que el precio de la obra será el costo de construirla y el costo de la
financiación a 15 años, más la utilidad.-
La ventaja es que el
Estado no se endeuda y la desventaja es que la financiación resulta más cara
porque el préstamo a particulares es más gravoso que a los Estados.-
Se ha demorado su puesta
en marcha porque no daban los costos, se señala que no había empresas
extranjeras o multinacionales interesadas ya que el sobre precio de la obra,
con costo de financiación, llegaba al 300% más del valor del emprendimiento;
ante ello los extranjeros no querían participar y los empresarios nacionales no
pueden acceder a las financiaciones internacionales a no ser con costos aun
superiores.-
Los grupos de Estados
Unidos no están dispuestos a participar y los europeos pidieron un tratamiento
impositivo diferencial y lograron que los PPP sean declarados por el estado de
“interés nacional” y se los exima del pago de IVA e Ingresos Brutos y
Ganancias; recordemos que esto ocurre
mientras que los consumos de luz de la población no logran igual rebaja impositiva.-
Los grupos argentinos
anotados entre otros son Cartellone, Techint, Roggio, SACDE y Panedile pero
como lo señalé necesitan de grupos internacionales para acceder a fuentes de
financiación más benévolas; pareciera que los españoles Dycasa y Albertis junto
a la italiana Ghella (que hace el soterramiento del Sarmiento) están dispuestas
a entrar ya que pidieron un nueva prórroga hasta el martes para el acto de
apertura que estaba previsto para el viernes.-
En América este sistema
funcionó en Chile Colombia y Perú pero recordemos que esos países tiene mejor
acceso al crédito con tasas más baratas y tienen una inflación muy
inferior la nuestra; en Inglaterra y
España el cálculo erróneo encareció las obras y no cerraron las cuentas de la
construcción y posterior cobro de peajes y los Estados se debieron hacer cargo
encareciendo el déficit fiscal.-
No debemos olvidar que el
sistema de PPP tiene por objetivo que las empresas consigan los fondos que el
Estado no quiere o no puede poner, por ello los recursos monetarios serán
siempre mucho más caros.-
Por ello más allá de que
se trate de un instrumento aceptable para reactivar la economía y poner en
marcha la obra pública los cálculos erróneos pueden encarecer exageradamente la
obra con todo lo que esto significa: quebranto para las empresas y obligaciones
para que el Estado concluya o se haga cargo de las mismas.-
El otro de los riesgos es
que las obras que se encaren por este sistema realmente sean obras que merezca
su elección por que resulten relevantes para encarar el crecimiento del país y sobre
todo que ayuden a incrementar la productividad de la economía como lo señaló
Fernando Narvajas economista jefe de FIEL dando cuenta que no sirve hacerlo a
las apuradas y que los proyectos deben ser seleccionados a conciencia es decir
si no ayudan a la productividad los proyectos deben rechazarse por los costos y
riesgos que el sistema posee.-
La experiencia
internacional indica que en más de una vez hubo errores y a la Argentina
experiencias ruinosas no le faltan; será cuestión que los funcionarios de una
vez por todas sean cuidadosos y responsables en sus decisiones.-
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