TIEMPOS DE REFORMAS
PERMANENTES
Por Eduardo Martín Romero
El lunes 30 de Octubre con
un triunfo electoral que lo avala, el Presidente Macri, en el CCK envió un
mensaje a la ciudadanía planteando lo que él denominó la “reforma permanente”
se trato de lineamientos generales o enunciados sobre reformas necesarias que,
para producirse, deberá explicitarse el cómo y quien acompaña esta reformas.-
Algunas medidas de estas
reformas demandarán mucho tiempo de elaboración y de consenso y si las mismas
son aceptadas tendrán todavía un tiempo de implementación; claro ejemplo es la
reforma del sistema jubilatorio pues estiman que el estudio demorará 3 años, lo
mismo ocurre con las modificaciones a la educación y en otros casos llevaran
menos tiempo pero de todas maneras no se producirán en forma inmediata y todo
hace pensar que demoran bastante más de lo que se piensa.-
Otras medidas afectaran el
ingreso de la Provincias, como la reforma impositiva, y complican el acuerdo
con los gobernadores para avanzar en esta y en las otras reformas, ya que sin
el apoyo de legisladores que responden a gobernadores opositores no es posible
la aprobación de este tipo de medidas.-
Así como “amar a Dios por
sobretodo y al prójimo como a ti mismo” encierra todos los demás mandamientos y
principios de las religiones cristianas; en el caso de esta propuesta de
reformas del Presidente quizás “terminar con la pobreza y acabar con la
inflación” serían el objetivo central de todas las demás y a lo que se debe
someter el resto de las reformas.-
Todos vamos a coincidir
que para terminar con la pobreza hace falta mejorar los salarios que se
encuentran por debajo de la línea de pobreza y generar nuevos empleos para los
desempleados y para mejora de los ingresos en aquellos que puedan aspirar
mejores puestos que los actuales; no existe otra posibilidad ya que el
asistencialismo solo sirve para paliar una emergencia y hasta tanto aparezca
una mejora que debe ser a corto plazo.-
Para este objetivo el
Presidente propone una reforma impositiva para reducir costos, reforma que
obligaría a las provincias a resignar recursos ya que achicando unos impuesto y
aumentando otros la Nación terminaría con el mismo ingreso, aliviaría las
cargas patronales para el blanqueo de puestos en negro, los sueldos solo
aumentarían hasta la pauta inflacionaria lo que equivale a falta de aumento
pues el ingreso permitiría el mismo consumo, además se propone una injerencia
en la justicia con la excusa de terminar con “la industria del juicio”.-
El Presidente y sus
asesores saben que estas medidas son escasas para atacar la pobreza e
incrementar los puestos de trabajo; saben que para que esto ocurra hace falta
que los nuevos bienes que se produzcan con nuevos puestos de trabajo tengan un
mercado de consumo que los requiera y que el consumo sea cada vez mayor para
lograr un verdadero crecimiento; el problema es que si no aumenta el consumo
interno tenemos que vender en el exterior nuestra producción y allí no somos
competitivos y en los mercados como Brasil también encontramos crisis similares
que recortan el consumo; ante este panorama por más que bajemos costos
impositivos, salariales, o cargas sociales no habrá crecimiento del empleo
hasta tanto no exista mayor consumo interno o logremos incorporar mercados
externo.-
Por otra parte y en
relación al empleo como camino para salir de la pobreza, si se aumenta la edad
de jubilación habrá menos puesto de trabajo para los jóvenes que se quieran
incorporar y si se alienta con rebajas impositivas el blanqueo de puesto no
incrementa los puestos de trabajo sino que blanquea los ya existentes.-
El otro principio rector
de estas reformas es acabar con la inflación; es imposible, o al menos así
parece, que se pueda detener la inflación en un país que no logre crecer y que
su población tenga requerimiento como los nuestros con relación al consumo, ya
que ante el movimiento de precio de divisas extranjeras o de servicios o
energía e incluso ante la posibilidad de un mayor consumo los precios crecen además
de forma exagerada.-
El combate con la
inflación requiere previamente un país en crecimiento por ende no es la
inflación el mal sino la falta de crecimiento; sería malo tener inflación en un
país desarrollado pero los países pobres conviven con la inflación y detener la
misma significa entrar en recesión o disminuir el consumo para sostener
precios.-
A manera de ejemplo cuando
comenzamos a aprender andar en bicicleta
nos caemos varias veces pero no importa, cuando aprendemos con destreza
preocupa sí el caerse; cuando un país soporta inflación es necesario que crezca
en bienes y salarios y luego plantear la lucha contra la inflación.-
Se pretende actualizar los
haberes jubilatorios por una nueva escala que le permitiría ahorrar 100 mil
millones al Estado pero desalentaría el consumo de los jubilados y por ende el
crecimiento.-
Es cierto que deben
efectuarse reformas pero si las mismas no son consensuadas ni acotadas a
cuestiones elementales de la “buena política” y solo son estudiadas desde una
visión empresarial y mercantilista no serán las que traigan solución.-
Además estas reformas no
pueden ser materializadas sin el aval de toda la sociedad en su conjunto
comprendiendo también en este aval a los que menos tienen.-
Nuestro país tiene como
único ingreso de dólares la venta de productos agropecuarios y estos no
alcanzan; tampoco es posible seguir endeudándonos para soportar los gastos del
Estado; esperemos que quienes deban hacerlo encuentren el camino para que el
esfuerzo no sea solo el de los que menos tienen y que estos tiempos de reformas
permanentes no sean solo en beneficio de los que más tienen.-
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