HABLANDO DE MIEDO
Por Eduardo Martín Romero
Quizás por resultar el
balotaje una opción, y no una elección, ya que muchos votantes deberán “optar”
el próximo 22 de Noviembre por uno de los dos candidatos, Scioli o Macri, aun
cuando no compartan la idea de que alguno de ellos pueda ser el conductor del
país, se ha transformado poco a poco en una campaña entre iguales.-
Ambos candidatos nacieron
hace más de cincuenta años en la Provincia de Buenos Aires, son hijos de una
clase pudiente, tuvieron una vida sin sobresaltos económicos y ambos poseen un
importante capital, ambos ingresaron a la política luego de ser empresarios, ambos
condujeron dos distritos importantes del país como son la provincia de Buenos
Aires y la ciudad Autónoma de Buenos Aires con una concentración poblacional y
económica como pocas en nuestro país, ambos se manifiestan como dialoguistas y
conciliadores, ambos están lejos de los políticos de barricadas y de discursos
altisonantes; quizás por ello en origen basaron su campaña Macri en el cambio y
Scioli en la continuidad.-
Agotadas las PASO y las
generales, ya camino al balotaje, cada uno busco los votos que habían
acompañado a los candidatos que quedaron fuera de la contienda y para ello
Macri se manifestó por el cambio pero con más continuidad y Scioli por la
continuidad pero con mas cambio.-
Uno y otro, en la búsqueda
de incorporar votos, aceptaron en ésta instancia propuestas que antes
desechaban lo cual los transformo en mas iguales por ello en la búsqueda de la
diferencia apareció la llamada campaña del miedo donde el Sciolismo planteaba
que Macri era la vuelta al neoliberalismo con las privatizaciones y
culminaciones de jubilaciones y paritarias mientras que el Macrismo planteaba
que Scioli era la continuidad del Kirchnerismo habida cuenta del comportamiento
de éste al no poder apartarse de Cristina sumado al copamiento de las listas
por La Campora y los Kirchneristas.-
Sin embargo ambos
candidatos arribaron a las mismas propuestas sobre todo en lo económico pero
también en lo político, tal vez por aceptar ambos que lo endeble de los
recursos en dólares del Banco Central y la necesidad según ambos de conseguir
inversores extranjeros y de endeudamiento para mejorar la base monetaria; necesitaron
otra diferenciación y por ello la campaña del miedo fue centrada en determinar
si la devaluación debe ser de golpe o si por el contrario puede ser
escalonada.-
Un miedo menos, ya que
resulta real que tanto Scioli como Macri devaluarán en el caso de Scioli de
manera gradual y en el caso de Macri de un solo golpe con liberación del
mercado cambiario.-
Los miedos que surgen son
los que ninguno de los dos explicita, tales como: que harán para que la
devaluación no se trasmita a los precios, como detendrán la inflación para que
no se transforme en la necesidad de una nueva devaluación, en el caso de
crecimiento inflacionario como harán para que los salarios recuperen la
inflación, como harán para mantener el consumo, como harán para evitar el
incremento desmedido de las tarifas, como harán para incrementar el empleo,
como se reducirá la pobreza, etc.-
Es real que gane quien
gane viene una devaluación y en nuestro país históricamente esto significó un
crecimiento de precios; que muchos industriales justifican señalando que para
producir hace falta componentes, maquinarias e insumos cuyos precios son en
dólares, pero en realidad estos representan solo un porcentaje del valor del
producto, a pesar de lo cual el porcentaje de devaluación se aplica a la
totalidad del precio de lo producido de donde los salarios piden incremento
para no perder posibilidad de consumo y por ende los productores piden nuevos
precios para cubrir el incremento salarial y se inicia un camino de inflación
sin dejar de comprender que la eliminación de subsidios también hará crecer
tanto los precios como los salarios.-
En el único caso en que la
devaluación no se traslado a los precios fue cuando se llevo el dólar de $1 a
$4, al terminar la convertibilidad, pero recordemos que nadie tenía dinero para
comprar nada, por el corralito, por la desocupación, por la pérdida de moneda
recordemos las cuasi monedas y muchos vivían del trueque lo que demuestra que
para que no se trasladen devaluaciones o incrementos salariales a los precios
debe reducirse el consumo.-
Este es el nudo central,
si para evitar la inflación y trasladar la devaluación a precios hay que
deducir el consumo después de una década donde se privilegió el consumo interno,
sin dudas desatará fuertes reclamos y conflictos muy duros por parte de los
sectores que se vean desplazados de ese consumo.-
En Concepción, en la
Provincia de Tucumán, el intendente de Cambiemos soporta atrincherado en la
Municipalidad una protesta porque cesanteo a 400 personas que había pasado a
planta permanente unos días atrás el anterior intendente que estuvo 12 años en
funciones; en Mendoza el electo gobernador Cornejo comparo la situación de la
Provincia con Grecia y se abonan sueldos con demoras, se suspende la obra pública
y se abandonan servicios públicos; en Entre Ríos el saliente Urribarri señalo
que el entrante Gustavo Bordet deberá emitir bonos para pagar sueldos, algunas
empresas paralizaron la obra pública; en nuestra municipalidad se observa gente
que antes nunca había cumplido funciones, se deja de abonar subsidios otorgados
a los bomberos, algunos denuncian falta de pagos a los proveedores y que
algunos contratados están siendo dejados sin contratos.-
El verdadero miedo es que
gane quien gane se teme una devaluación y un ajuste en salarios y tarifas que
determinara la caída del consumo dando lugar a reclamos de los sectores que
pierdan consumo.-
Por ello debemos tener
claro que los ajuste los soportamos los pobres y que la próxima es solo una
opción, en consecuencia parece sensato el llamado de De la Sota a que se vote
en libertad y a conciencia por lo que consideremos como bueno para nosotros
para nuestras familias y la patria, lo demás no cuenta, miedos siempre
tendremos y superarlos es el desafío.-
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