LA DEMOCRACIA Y LAS
MOVILIZACIONES OPOSITORAS
Por Eduardo Martín Romero
Se llevo a cabo la
movilización del 8 de Noviembre para demostrar el descontento a un sector de
nuestro país contra la política de gobierno.-
Lo primero que surge como
análisis de esta convocatoria es lo numerosa de la misma ya que algunos señalan
que rondó el millón de personas, si bien es cierto que los números son dispares
según sean los manifestados por el gobierno o por la oposición; en realidad la
presencia de personas, además de muy numerosa, lo fue en distintas ciudades del
interior del país comprendiendo capitales y pueblos pequeños lo cual no hace
más que ponderar la importante participación.-
Claro está que debe haber
más gente que no comparte las acciones de gobierno de Cristina y que sin
embargo no concurrió a la movilización por lo que la lectura de la cantidad de
ciudadanos disconformes debe tener un resultado mayor a los que concurrieron a
la marcha, sin dudas.-
El otro elemento a
considerar de esta movilización es la variedad de los reclamos que comprende un
abanico más que amplio a estar por las pancartas y carteles exhibidos en la
misma los cuales en apariencia pretenden un giro de 180 grados en el rumbo de
la administración de Cristina Fernández.-
Esto último es lo que le
da a la movilización una característica especial ya que si bien es cierto que
es aceptable y lo que es más aún, es un derecho el oponerse o protestar contra
acciones de gobierno, no debe perderse la idea de que el pueblo gobierno por
intermedio de sus representantes a los que elige en elecciones con alguna
periodicidad.-
Esto significa que en una
democracia es aceptable que la ciudadanía se manifieste por esta vías para
oponerse a una acción determinada de gobierno que algún sector pretende evitar;
por ejemplo cuando el gobierno pretende sancionar una legislación que
despenalice el aborto es natural que algún sector manifieste su oposición o su
acompañamiento con marchas; lo mismo cuando se sanciona la ley de presupuesto,
la de matrimonio igualitario, la de despenalización de drogas, etc.-
Para ser más gráfico la
democracia permite con la participación de los ciudadanos el acompañamiento o
la oposición a algunas medidas especificas del gobierno.-
Pero cuando la
movilización comprenden la oposición al contenido ideológico de un gobierno o
cuando se reclama un giro tan significativo que es toda la gestión de gobierno,
pareciera que la pretensión es cambiar el gobierno por otro y en democracia
esto sucede solo a través del voto, ya que producida la elección de un gobierno
es este el que marca las líneas generales de acción durante el periodo para el
cual fue elegido.-
Continuando en el camino
de la explicitación sobre los potenciales de las movilizaciones con temas
específicos vemos que uno de los reclamos comprendía la corrupción y en este
sentido hubiera sido más efectivo que se movilice la ciudadanía cuando se
investigaba el crecimiento de la fortuna del matrimonio Kirchner para evitar
que suceda lo que finalmente sucedió, la justicia desestimo la causa por
enriquecimiento; tomemos otro ejemplo la inseguridad porque no se efectúan
manifestaciones de esta magnitud para pedir que se impida que los detenidos con
armas de fuego puedan ser eximidos de prisión o excarcelados o lo mismo ocurra
con los que siendo sospechosos de violaciones observen condenas anteriores por
el mismo delito; o por la libertad porque no se manifestaron con tanta fuerza
cuando se puso restricciones al ingreso de importaciones incluidos medicamentos
o cuando las restricciones a la compra de dólares sin ley del congreso.-
Pareciera que una
movilización con tanta temática de reclamo como la reciente se transforma, como
señalé, en el pedido de un cambio de gobierno y se parece a lo de Venezuela
donde sectores fuertemente enfrentados con el gobierno no lograr en las urnas
obtener el resultado que les permita cambiar la propuesta de gobierno y por
ello movilizan.-
Tal vez por eso el
gobierno de Cristina desoiga los pedidos de estas movilizaciones siéndose
instalada en el gobierno para ejecutar “el modelo” que ella entiende como
acertado, interpreta que el cambio de “el modelo” solo es posible cambiando el
gobierno para lo cual este cambio debe producirse en las urnas.-
Quizás, como ya señalé en
otras columnas, es a la oposición a la que le cabe la responsabilidad, si fuera
necesario un giro en el gobierno, de proponer los ejes de este nuevo “modelo” y
de crecer como una manera de aglutinar fuerzas electorales necesarias para un
triunfo que permita la instauración de un nuevo gobierno.- No basta con
criticar el gobierno e incluso insultar y agraviar, hace falta la demostración
de alguien que se pueda transformar en el conductor de una nueva corriente de
pensamiento en el país, que con una propuesta seria, se transforme en la
alternancia posible, nota esta también que distingue a las democracias.-
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